lunes, 31 de agosto de 2009

Boletín nº 2 -HACER EL BIEN-

“Rogad al Dueño de la mies…”

El Amor y la Verdad nos indican qué es el Bien.

«La verdad, y el amor que ella desvela, no se pueden producir, sólo se pueden acoger. Su última fuente no es, ni puede ser, el hombre, sino Dios, o sea Aquel que es Verdad y Amor. Este principio es muy importante para la sociedad y para el desarrollo, en cuanto que ni la Verdad ni el Amor pueden ser sólo productos humanos; la vocación misma al desarrollo de las personas y de los pueblos no se fundamenta en una simple deliberación humana, sino que está inscrita en un plano que nos precede y que para todos nosotros es un deber que ha de ser acogido libremente. Lo que nos precede y constituye —el Amor y la Verdad subsistentes— nos indica qué es el bien y en qué consiste nuestra felicidad» (Benedicto XVI, Caritas in veritate, n 52).


Jerónimo Usera, llamado por Dios para hacer el bien en la tierra.
Comienza este mes la celebración del Bicentenario del nacimiento del Venerable Pad
re Usera. Desde niño Jerónimo sintió la llamada de Dios a hacer el bien en la tierr
a y optó por seguir a Jesús sin condiciones, entregándole la vida por entero. Alcanzado por Jesucristo, hace el bien no sólo como una opción de compromiso, sino sobre todo, como respuesta personal al don recibido: el amor de Dios. Su vida es rica y polifacética: monje contemplativo que descubre la presencia de Dios en el rostro del hermano, apóstol de corazón universal que se encarna en cada realidad, fundador que en su deseo de hacer el bien quiere que éste se perpetúe en todos aquellos que se sienten alcanzados por su Carisma.
Con sencillez evangélica nos descubre que hacer el bien es responder gratuitamente al Amor de Dios y amarlo en los hermanos.


ORACIÓN DESDE LA PALABRA DE DIOS
Texto Bíblico: Hch 10,34-43“«Pedro tomó la palabra y dijo: «Comprendo que Dios no hace distinción de personas, sino que, en cualquier nación, el que respeta a Dios y obra rectamente le es grato. El envió su Palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Ya conocéis lo que ha ocurrido en el país de los judíos, comenzando por Galilea, después del bautismo predicado por Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, a quien Dios ungió con Espíritu Santo y poder. Él pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con Él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. A Él, a quien mataron colgándole de un madero, Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestase, no a todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de entre los muertos. Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De Él dan testimonio todos los profetas, afirmando que todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados».



- Comentario
Encontramos dos temas en el texto:
Pedro se encuentra en casa de Cornelio, comparte con él la misma mesa y le anuncia el Evangelio. Proclama la universalidad de la salvación que Dios realiza en Cristo y del mensaje evangélico.
La persona y misión de Jesús que pasó haciendo el bien. Pedro destaca el poder de hacer milagros y la fuerza con la que Jesús libera a los oprimidos por el diablo. Jesús es el "ungido", es decir, el Cristo o Mesías. Jesús, con la fuerza del Espíritu Santo, pasó por el mundo haciendo bien y curando a los oprimidos. Esta expresión sugiere el título de Salvador y Benefactor, títulos que solían dar los antiguos a los soberanos después de su apoteosis. Los cristianos de la naciente Iglesia, confesando su fe en Cristo, protestaban contra el culto a los emperadores. Sólo Jesús es el Señor.

Pasos para la lectio divina
1. Lectura y comprensión del texto: Nos lleva a preguntarnos sobre el conocimiento auténtico de su contenido: ¿Qué dice el texto bíblico en sí? ¿Qué dice la Palabra?
2. Meditación: Sentido del texto hoy para mí: ¿Qué me dice, qué nos dice hoy el Señor a través de este texto bíblico? Dejo que el texto ilumine mi vida, la vida de la comunidad o de mi familia, la vida de la Iglesia en este momento.
3. Oración: Orar el texto supone otra pregunta: ¿Qué le digo yo al Señor como respuesta a su Palabra? El corazón se abre a la alabanza de Dios, a la gratitud, implora y pide su ayuda, se abre a la conversión y al perdón, etc.
4. Contemplación, compromiso: El corazón se centra en Dios. Con su misma mirada contemplo y juzgo mi propia vida y la realidad y me pregunto: ¿Quién eres, Señor? ¿Qué quieres que haga?

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES “AMOR DE DIOS”

Padre bueno, Jesús nos dijo:
”La mies es mucha y los obrero pocos.Rogad al Dueño de la mies
para que envíe obreros a sus campos”.
Y además afirmó: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá”.
Confiados en esta palabra de Jesús y en tu bondad,Te pedimos vocaciones para la Iglesia y para la Familia “Amor de Dios”, que se entreguen a la construcción del Reino desde la civilización del amor.
Santa María, Virgen Inmaculada, protege con tu maternal intercesión a las familias y a las comunidades cristianas para que animen la vida de los niños y ayuden a los jóvenes a responder con generosidad a la llamada de Jesús, para manifestar el amor gratuito de Dios a los hombres. Amén.

Noticias vocacionales “Amor de Dios”

El día 15 de agosto emiten los votos perpetuos la Hna. Claudia Morales Tapia, chilena, la Hna. Bernardina Montero Manzueta, dominicana, y la Hna. Laura López Alcántar, mexicana.

El día 5 de septiembre de 2009, emitirán su profesión religiosa, en el noviciado de Fátima, (provincia portuguesa), las Hnas. Deusilene da Silva Oliveira, brasileña, Zilda Almeida Soares, Jacquelina Ivone Borges Varela y Ana Solange Duarte Semedo, caboverdianas.

El día 3 de septiembre comienzan el noviciado en Fátima (Portugal), las jóvenes Marta Carvalho, portuguesa, Iara dos Santos, brasileña y Márcia Centeio, caboverdiana.


«Trabajemos, pues, únicamente por Dios…
Diciendo siempre la verdad y haciendo siempre el bien» (J. Usera).