viernes, 2 de abril de 2010

Boletín nº 9 - Abril 2010 "El testimonio suscita vocaciones"

”Rogad al Dueño de la mies…”

El testimonio suscita vocaciones

La fecundidad de la propuesta vocacional depende primariamente de la acción gratuita de Dios; pero, está favorecida también por la cualidad y la riqueza del testimonio personal y comunitario de cuantos han respondido ya a la llamada del Señor.

Elemento fundamental y reconocible de toda vocación al sacerdocio y a la vida consagrada es la amistad con Cristo. Jesús vivía en constante unión con el Padre, y esto era lo que suscitaba en los discípulos el deseo de vivir la misma experiencia, aprendiendo de Él la comunión y el diálogo incesante con Dios.

Otro es el don total de sí mismo a Dios. Escribe el apóstol Juan: "En esto hemos conocido lo que es el amor: en que él ha dado su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos".

Por último, un tercer aspecto que no puede dejar de caracterizar al sacerdote y a la persona consagrada es el vivir la comunión. Jesús indicó, como signo distintivo de quien quiere ser su discípulo, la profunda comunión en el amor: "Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos".

Los consagrados transmiten la alegría de servir a Cristo, e invitan a todos los cristianos a responder a la llamada universal a la santidad. El testimonio personal animará a los jóvenes a tomar decisiones comprometidas que determinen su futuro. Para ayudarles es necesario el arte del encuentro y del diálogo capaz de iluminarles y acompañarles, a través sobre todo de la ejemplaridad de la existencia vivida como vocación. (Cfr. Mensaje de BENEDICTUS XVI para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones)


ORACIÓN DESDE LA PALABRA DE DIOS

- Texto Bíblico: Mc 1, 14-20

« Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.»

Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.» Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él».


- Pasos para la lectio divina

1. Lectura y comprensión del texto: Nos lleva a preguntarnos sobre el conocimiento auténtico de su contenido ¿Qué dice el texto bíblico en sí? ¿Qué dice la Palabra?

2. Meditación: Sentido del texto hoy para mí ¿Qué me dice, qué nos dice hoy el Señor a través de este texto bíblico? Dejo que el texto ilumine mi vida, la vida de la comunidad o de mi familia, la vida de la Iglesia en este momento.

3. Oración: Orar el texto supone otra pregunta: ¿Qué le digo yo al Señor como respuesta a su Palabra? El corazón se abre a la alabanza de Dios, a la gratitud, implora y pide su ayuda, se abre a la conversión y al perdón, etc.

4. Contemplación, compromiso: El corazón se centra en Dios. Con su misma mirada contemplo y juzgo mi propia vida y la realidad y me pregunto: ¿Quién eres, Señor? ¿Qué quieres que haga?



- Comentario

El marco de la vocación de los primeros discípulos es la predicación del Reino de Dios. La llamada a la conversión y a la fe está dirigida a todos. Dios quiere reinar en todos y para todos. Las vocaciones particulares se inscriben en este contexto.

“Venid conmigo”. El origen de la vocación no está en los buenos deseos o cualidades de los llamados, sino en la iniciativa de Jesús. La verdadera vocación supone siempre un encuentro personal entre quien llama y la persona llamada. Dicha relación se prolongará a lo largo de toda la vida.

“Os haré pescadores de hombres”: Jesús se dirige a personas concretas, a unos pescadores en este caso, y los incorpora a su vida y a su misión. La misión de los discípulos tiene su origen en la comunión con Jesús que han de compartir su mismo destino y misión. El llamado es consciente de ser colaborador de OTRO al que le corresponde la iniciativa en todo momento.

“Ellos dejando las redes y a su padre, se fueron con Jesús”: Responder a la vocación es ponerse en camino y fiarse de la palabra de quien llama. Es la respuesta libre de la fe. Los primeros discípulos abandonaron con prontitud trabajo y familia y siguieron a Jesús. La luz que irradia el Señor es tan intensa que los discípulos no dudan en dejarlo todo, ponerse en camino detrás de Jesús y entregarse sin reservas.



ORACIÓN POR LAS VOCACIONES “AMOR DE DIOS”

Padre bueno, Jesús nos dijo:”La mies es mucha y los obreros pocos,

Rogad al Dueño de la mies para que envíe obreros a sus campos”.

Y además afirmó: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá”.

Confiados en esta palabra de Jesús y en tu bondad,

Te pedimos vocaciones para la Iglesia y para la Familia “Amor de Dios”, que se entreguen a la construcción del Reino desde la civilización del amor.

Santa María, Virgen Inmaculada, protege con tu maternal intercesión a las familias y a las comunidades cristianas para que animen la vida de los niños y ayuden a los jóvenes a responder con generosidad a la llamada de Jesús, para manifestar el amor gratuito de Dios a los hombres. Amén.

Noticias vocacionales “Amor de Dios”

· El 27 de abril celebramos el 146 aniversario de la fundación de la Congregación de las Hermanas del Amor de Dios, fundada por el P. Jerónimo Usera. Damos gracias al Señor por estos años de vida y por todo el bien que la Congregación ha realizado.


«Que el Señor os bendiga, que os dé mucha humildad y paciencia y sobre todo que llene vuestro corazón con el santo amor de Dios» (J. Usera)

HERMANAS DEL AMOR DE DIOS - Casa General
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Dinámica de oración por las vocaciones “Amor de Dios”